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      Prueba
      de Memoria
       
      Ejercicio
      1: Vamos a emplear cualquier
      opción que el perro desee con ansias, es decir, si se trata de un perro
      bien estimulado a jugar con un reclamo de caza (pelota o juguete de
      cualquier tipo), emplearemos dicho elemento, previamente lo haremos jugar
      un poco, solo un poco, para incrementar el deseo. Si no se trata de un
      perro con esa estimulación vamos a emplear un bocado de hígado seco u
      otro tipo de golosina, tratando de que no tenga un olor demasiado delator,
      ya que necesitarnos evaluar su capacidad para recordar donde es que
      dejamos lo que él busca.
      
       
      Ingresamos
      entonces en una habitación semivacía, cochera o galpón. Sentamos al
      perro para que nos observe desde el centro de la escena. Le mostramos el
      elemento a ser buscado, se lo hacemos desear un instante, y asegurándonos
      que nos vea, lo dejamos en un determinado sector del lugar.
      
       
      Retiramos
      al perro, damos alguna vuelta por unos segundos y volvemos a entrar al
      lugar del examen dejándolo libre inmediatamente. Las reacciones pueden
      ser:
       
      
       
      v
      Que con total seguridad se
      dirija hacia el lugar donde dejamos el elemento.
      
       
       v
      Que se dirija más o menos a
      la zona y luego termine por rastrear hasta localizarlo.
      
       
      v  
      Que divague por toda la
      escena hasta dar con el elemento de manera completamente casual
      
       
      v 
      Que ni siquiera recuerde que
      allí había un elemento que el deseaba. y por lo tanto no haga ningún 
      intento por encontrarlo.
       
      
       
      En
      este último caso, sin dudas descartaremos a nuestro perro para cualquier
      trabajo, a menos que
      consideremos que vale la pena hacer otro intento en otro día por tener
      sospechas de que se trata de un malestar físico pasajero.
      
       
      Entre
      las otras reacciones hay una escala de graduaciones. Podremos por nuestra
      experiencia calcular que nivel de memoria a corto plazo tiene el examinado
      evaluando su desempeño.
       
      
       
      Ejercicio
      2) Para la memoria a largo plazo
      repetimos el mismo examen dos veces más pero retirando al perro de la
      escena 5 minutos en la primera y 20 minutos en la segunda, cada vez
      dejaremos por supuesto el elemento en un diferente sector de la escena.
      
       
      Evaluando
      entonces la capacidad de memoria a corto y largo plazo, ya tenemos un
      panorama del desempeño que tendrá nuestro perro en los ejercicios de
      adiestramiento avanzado.
       
      
       
       Aprendizaje
      por observación
       
      El
      perro ha convivido con nosotros un tiempo. Ha tenido oportunidad de
      relacionar sucesos del entorno. Podemos emplear varias opciones para una
      evaluación, a condición de que se trate de hechos rutinarios, de los que
      no nos quepan dudas el perro debería tener perfecto conocimiento. 
      
       
      Una
      opción puede ser dirigirnos al lugar donde tenemos su comida llevando el
      recipiente correspondiente. Puede que el perro se nos adelante demostrando
      anticiparse a los hechos, como puede que ni siquiera se percate de lo que
      sucederá hasta que tenga su recipiente lleno y se lo ofrezcamos.
      
       
      Entre
      estos extremos hay una serie de graduaciones que evaluaremos entonces en
      cada animal examinado.
      
       
      También
      podemos emplear otros hechos de la vida diaria, como el sacarlo de paseo,
      para ello haremos todo lo que normalmente hacernos antes de sacarlo, por
      ejemplo tomar su traílla y nuestras llaves. Evaluaremos si el perro se
      adelanta a nuestras intenciones o si solo se percata cuando ya estarnos prácticamente
      saliendo.                                                            
       
      
       
      Familiarización
      con el Medio Ambiente
      
       
      
       
      Cualquier
      cambio en el medio ambiente debería ser captado por el perro de
      inmediato. Esto demostrará que es capaz de tener un esquema mental de las
      situaciones geográficas
      
       
      Para
      esto debemos retirar al perro de un determinado ambiente, realizar un
      cambio en él, y volverlo al lugar para observar su reacción.
      
       
      Por
      ejemplo podemos cambiar los muebles de lugar, o colocar en el mismo un
      enorme globo, o pelota, o una caja grande, que sea realmente notoria su
      presencia, como si se tratara de un nuevo mueble El perro ideal irá
      inmediatamente a inspeccionar los cambios, olfateando y observando, sin
      que nos interese en este punto si lo hace confiado o temeroso, solo
      queremos analizar su capacidad para reconocer que algo a cambiado. 
      
       
      Lo
      que el perro tarde en darse cuenta, o incluso su incapacidad de reconocer
      cambio alguno, será lo que evaluaremos y graduaremos para comparar con
      otros candidatos.   
      
       
      Adaptación social
       
       
      
       
      Esto
      es algo muy simple para el adiestrador experimentado. Se trata de probar
      hasta qué punto el candidato es perceptivo para nuestro lenguaje
      corporal.
      
       
      Cuando
      el perro se encuentre distraído, nos acercamos concentrándonos en estar
      completamente disgustados. No debemos pronunciar palabras ni sonidos, solo
      debemos asegurarnos de que nuestros movimientos denoten tensión. Ya
      sabemos que todo se transmite por el cuerpo, y se supone que dominamos la
      técnica de la expresión corporal canina.
      
       
      El
      perro debería idealmente reconocer esos códigos de comunicación y se
      mantendrá sin acercarse, pero observándonos atentamente. Nos detendremos
      y lo miraremos cambiando la expresión por una relajada y amistosa.
      Aflojaremos el cuerpo y sonreiremos (siempre sin emitir sonidos). El perro
      ideal debería entonces acercarse rápidamente a nosotros.
      
       
      Si
      el perro se acerca mientas estamos demostrando tensión o si no lo hace
      cuando nos aflojamos nos encontramos con un perro que tiene dificultades
      para la comunicación. Una graduación intermedia nos dará el indicio de
      qué capacidades tiene el perro en este sentido.
       
      
       
       Aprendizaje
      de Trabajos
      
       
      
       
      Para
      esta prueba deberemos buscar un ejercicio que el perro no sepa hacer, pero
      que a su vez resulte simple de entender. Lo mejor es emplear
      ejercicios que tengan componentes infantiles, como el dar la mano, ya que
      son reacciones muy ligadas a conductas automáticas. El cachorro tiene
      natural tendencia a estimular la entrega de alimentos con su mano, esto
      viene del acto de empujar las mamas de la madre desde la más tierna
      infancia, una reacción completamente instintiva. 
      Basándonos
      en esta conducta, vamos a realizar un ejercicio y evaluar cuántas
      repeticiones necesita para comprender el mecanismo. Lo que queremos es ver
      su capacidad para relacionar un comportamiento con una recompensa. 
      Tomamos una golosina (puede ser hígado seco, unos granos de
      balanceado o cualquier cosa que le agrade), se la ofrecemos con la palma
      hacia arriba y dejamos que la coma. Repetimos la operación pero esta vez
      cerramos la mano y la giramos hacia abajo. El perro intentará recuperar
      el alimento con su boca, pero en algún momento surgirá la acción
      infantil de emplear su pata, y ni bien nos toque la mano con ella, la
      giramos y abrimos para que acceda a su contenido. Repetimos una vez más,
      el perro deberá entender rápidamente que el toque con su pata actúa
      como un interruptor que acciona la apertura de nuestra mano para que él
      alcance la golosina.
      
       
      El
      perro ideal empleará ese toque con naturalidad luego de tres o cuatro
      repeticiones exitosas. Notaremos que luego de eso, ya obra con completa
      seguridad, toca nuestra mano y solo espera su apertura. seguro de que eso
      ocurrirá.
      
       
      Si
      necesita muchas más repeticiones o si en
      ningún momento alcanza a relacionar estos hechos, será un indico de su
      baja capacidad de aprender trabajos. 
      
       
        
      Habilidad para resolver problemas   
      Vamos
      a realizar una serie de ejercicios destinados a comparar entre nuestros
      candidatos sus habilidades para resolver un problema con el que se
      enfrenten.
       
      
       
      1) 
      El primer ejercicio a que lo enfrentaremos tiene una solución
      simple, solo se trata de que cambie la estrategia para obtener lo que
      desea. Para ello vamos a incentivarlo a tomar su juguete, pelota o una
      golosina, y la meteremos debajo de algo que quede fuera del alcance de su
      boca, pero que a su vez está muy cerca, como para llegar con la mano. Su
      cabeza no debe poder entrar en el espacio en donde esté el elemento,
      puede ser que lo pongamos debajo de una repisa de madera lo
      suficientemente baja como para que el espacio no le permita meter el cráneo.
      
       
      El perro hará unos intentos por
      alcanzarlo con las fauces, pero deberá cambiar la estrategia prontamente
      y emplear una mano para tratar de acercarlo, y finalmente volver a
      intentar con la boca. El tiempo que tarde el perro en realizar ese cambio
      de estrategia y obtener así su recompensa es el que nos dará la graduación
      de su capacidad para resolver problemas.
      
       
      2) 
      El segundo ejercicio a resolver es la superación de obstáculos
      simples para alcanzar su objetivo. El ejercicio más sencillo en este caso
      es emplear una lata con la cual se cubre 
      su pelota, juguete o golosina asegurándonos que nos vea hacerlo.
      El perro debería retirar la lata con su mano en pocos segundos y acceder
      al elemento deseado. Si el solo hecho de haber cubierto su objeto con la
      lata es suficiente como para desanimarlo, entonces es sin dudas un perro
      sin aptitudes. Hay toda una graduación entre esta actitud y la primera,
      en la que sin dudarlo retira la lata con la mano. Compararemos así a
      nuestros candidatos.
      
       
      3) 
      Un nuevo ejercicio en este sentido lo haremos empleando un trozo de
      caño plástico de desagüe de 4 pulgadas de sección y aproximadamente 40
      centímetros de largo. Colocaremos el elemento dentro de éste y
      observaremos cuando tarda el perro en realizar maniobras con las manos
      para hacer salir su recompensa.
      
       
      4)
      Finalmente emplearemos una cobertura de tela reemplazando a la
      lata, y en esta prueba también compararemos la habilidad de cada
      candidato para resolver la situación en el menor tempo posible.
      
       
      5) 
      Un último ejercicio será la que nos indique que, además de estar
      preparado para realizar cambios de estrategias, el perro tiene conciencia
      de que los objetos siguen existiendo aún cuando se aleja de ellos. Para
      esto empleamos una placa de madera o cartón en la que haremos un agujero.
      Puede se uno de los elementos con que contamos en la pista de
      adiestramiento. El agujero permitirá al perro ver su recompensa del otro
      lado, pero no será lo suficientemente grande como para pasar por él.
      Asimismo la recompensa estará a una distancia tal que ni aún empleando
      la mano podría acercarla. Por lo tanto el perro deberá darse cuenta que
      puede rodear el obstáculo para encontrarse con el elemento deseado.
      Comparemos el tiempo que tardan los distintos candidatos en obtener el
      objetivo. 
      
        
          
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          Test
            de campbell | 
         
       
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